domingo, 27 de enero de 2013

Tommy, tú me oyes? Tú puedes oírme?

"Durante la primera Guerra Mundial (1914-1918) el capitán Walker, del Ejército Británico, desaparece en combate y es dado por muerto. Su mujer, la Sra. Walker, da a luz su hijo Tommy..."

Una historia y un disco. Un parto hecho, magistralmente por The Who, allá por los 70, y que hoy en el siglo XXI nos versionan, delicada y primorosamente Barón Rojo (confesos seguidores y admiradores de los Who, de siempre). Titulando tal maravilla como, Tommy Barón! UUUUUaaaaaUUUUU


Un disco grande, muy grande, un discazo, o bueno, mejor dicho dos. La primera adaptación al castellano de la ópera de los Who, Tommy, que nos regala un inicio de 2013 prometedor en el panorama musical, patrio.

Y mira que yo siempre fuí más de Los Suaves, (continuan dando mucha vida a este 2013 con su próximo concierto en Londres), y lo sigo siendo, Suave es la noche, Miaaauuuu. 

Pero es que este, tamaño trabajo de los hermanos De Castro, no se podía dejar escapar.

Edición de lujo y voces afinadas para un trabajo muy serio, muy gratificante. Detractores y apologetas de todo hay y de todo habrá, pero en ese no dejar indiferente siempre ha navegado (en este caso surcando los cielos) la genialidad. Y os puedo decir que estamos ante uno de esos casos, sin duda.

Como os decía, la edición es preciosista, y de lujo, merece muy mucho la pena agenciarse este trabajo de los Barón. Un libreto ilustrado a todo color nos cuenta la historia de Tommy, siguiendo paso a paso, renglón a renglón la mítica ópera compuesta e interpretada por los Who. Magníficas piezas que nos cuentan una delirante y psicodélica historia.

Abreviando, resulta que el Capitan Walker, pues aun dado por muerto, vuelve a casa. Es 1921, y descrubre a su mujer liada con un amante. El Capitán en una trifulca lo mata y a Tommy, que lo ve todo, lo oye todo y todo lo sabe, sus padres atemorizados por lo que pueda contar, le dicen que allí no ha visto, ni oído nada y que se esté bien calladito.
Pues menudo pifostio que montaron. Ahora Tommy, en un estado catatónico, no ve, no olle y no puede hablar, pero eso sí, es el Rey del Pinball!


El formato de venta de la edición de lujo, libro-cd, con un doble disco encartado en un libro de arte del artista Borja Bonafuente, joven maestro del hiperrealismo. Ilustraciones de los Barón Rojo y colaboradores, enfundados en la piel de los personajes que describe la historia. Todo ello introducido por el relato de los acontecimientos de la historia de Tommy que nos van contando las distintas canciones, y seguido de las letras de estas. 



Permitidme que me detenga un momento en el arte del trabajo. Es sin duda meritorio. Encontramos hasta a Amaral caracterizada de Reina Ácida. 

Ya empezando por la magnífica portada, simulando una mesa de pinball, con sus flippers, con sus luces, y los bumpers, ¡Ay los bumpers!, claro guiño a la portada del homónimo trabajo de The Who.




Luego, una cascada de imágenes nos salpica y nos mantiene pegados por unos momentos a ese pedazo de papel. Quizás, como le sucedía a Tommy ante las mesas de pinball.

El Barón Rojo.

¿Y que me decís de ese trasfondo que esconde el trabajo de los De Castro? ¿O acaso el Barón Manfred von Richthofen, a la sazón el Barón Rojo, pudiera ser el causante mental, la justificación profunda, sobre la Sra. Walker de esa confirmación no cierta de que el Capitán Walker hubiera muerto (como al final no fue), y del consabido romance con aquel amante, cuya muerte provocó, ya de manera cierta, toda esta historia que es auténtica como ella sola?

Curiosos son los hilos del destino que nos llevan, movidos por sabe Dios que mano, al encuentro de los lugares comunes, una vez más. Un lujo, vamos. Un lujo de este principio de 2013.

 Una hábil táctica psicológica era el color de este avión que utilizaba el Barón Rojo para infundir un pavor sin igual en sus enemigos. Santo y seña de una muy nuestra banda de rock patrio.

martes, 22 de enero de 2013

Cómo construir un castillo a un rey francés.

Caylus es un juego de mesa, un eurogame de los más premidados y valorados hoy en día, sobre todo por el ranking de la bgg (la biblia o el abc de los juegos de mesa a nivel mundial) y en donde normalmente, este juego ronda el top 10 de entre miles. Caylus es un gran juego de estrategia y un gran ejercicio mental de diversión pura y dura, una planificación a largo plazo y la sensación de que estás haciendo algo grande te invade a lo largo de las aproximadamente dos horas que tan gloriosa empresa puede durar. Dos horas que se pasan muy muy rápido.

 Vista de la parte superior del tablero, con la imagen del castillo y casitas en primer término de construcción de las mazmorras

Y resulta que hay que construir un castillo. Sí sí un peazo castillo nada menos, y para un rey francés (manda huevos). Un castillaco, con sus mazmorras, con sus muros, con sus torreones y una niña! no te joba!

Pues sí, vamos a hacer el papel de pringa.. uy de constructores al servicio de su majestad, el Rey Felipe IV de Francia, el justo, allá por el año 1289. Y es que debido a un bando real, el monarca pretende construir un hermoso castillo que afiance las fronteras de su incipiente reino en la localidad-villorrio de Caylus, al sur del país galo, hoy día a medio camino entre Toulouse y Limognes (pero que se nos habrá perdío allí?). Para ello, ya hemos dicho, convoca mediante tan curioso bando (en aquellas épocas era más frecuente, pero hoy en día iba a ir listo, más con la redes sociales) a aquellos nobles y plebeyos que montando vasallas empresas le proporcionen un bello bastión que asegure las fronteras frente al infiel. Bueno y ya de paso, y a cambio por los servicios, conseguir algún favorcillo real.


 Postal que muestra el "chateau" del villorrio en cuestión (y no les quedó mal oye)

Y nos embarcamos entonces en esta aventura. Deberemos ser los más duchos en el arte de la administración de las finanzas y del mover trabajadores, construir curiosas empresas, e intrigar con pagos al funcionario de turno. Para ello dispondremos de varios grupos de trabajadores a nuestro servicio que llendo a distintos centros de producción nos proveerán de las materias primas para construir poco a poco el castillo del regidor.

El tablero y la gráfica del juego es preciosista, y muy bonita (aunque siempre hay detractores). Como elemento principal tenemos un camino que serpentea a lo largo de un inmenso terreno y en el que se van a ir construyendo las distintas empresas que nos proporcionaran gloria, prestigio, dinero, fama y amoríos (pensaba yo, iluso).  Tenemos una imagen del castillo y un puente muy bonito y que tiene gran relevancia en el juego.

En varias fases del juego tendremos que, primero poner a nuestro grupete de trabajadores en distintos lugares que nos reportarán dinero y cubos (de madera y distintos colores) de material, con ello podremos construir edificios, ser dueños de nuestros destinos, untar a los funcionarios reales, medirnos en el campo de justas por un amor y el favor de Lady Marian (esa era otra pero al caso sirve), eso todo sin una pizca de azar (otro gran acierto del juego) cada uno es dueño de su propio destino (no hay dados, ni se barajan traicioneras cartas). Después recogeremos lo sembrado, los beneficios de nuestros plebeyos han conseguido a fuerza de deslomarse de sol a sol, y habremos de cruzar El Puente.

Ay el Puente, siempre el Puente, al cruzarlo, a mitad de turno, deberemos pagar en forma de dietas al funcionario(preboste real) para que mire por nuestras haciendas y se desplace de un lado a otro, y no deje ninguna sin mirar, o para, al contrario, envenenar a tan insigne figura para que mire hacia otro lado cuando pase a ver los progresos de algún otro jugador. 

En una última fase de cada turno, construiremos el Castillo del Feli, mazmorras, muros, torres, que se yo. Acciones muy provechosas.

Como decía, no uno, sino dos funcionarios reales nos vigilan constantemente. Son el Preboste y el Comisionado o Director de obras. El preboste es un canijo que se mueve como un diablillo por las obras que se llevan a cabo y dice, eso está mal, a ti no te pago, preséntame mediciones, etc. Y luego su jefe, el panza gorda del comisionado, director de obras y mano derecha del rey, que va decidir en cada momento lo que se construye o se deja de construir, y que va de comida en comida y tiro porque me toca y así hasta el final de la partida, avanzando sin compasión, inexorablemente, hacia la puntuación final.


El preboste es un jodío que vigila las obras y que te puede dejar en orsay

Todo esto nos ayudará a ganar puntos que nos darán al final de todo, cuando lo ordene el Director de Obras (con paciencia limitada) o cuando esté ya construido todo el castillo, o por lo menos las almenas de los torrenones y los pabellones de los que izar bellas banderas, estén rematados y el rey satisfecho, la victoria. Nos darán la victoria, la fama, la gloria, y el amor de una dama? Quien sabe, Caylus es Caylus y todo puede acontecer...




Y os dejo aquí una buena reseña del juego y que os permitirá aprender a jugar. Os recomiendo que os hagais con estos tres kilos (aprox.) de cartón y madera, os lo recomiendo si quereis ser ye-yes, guays, fetenes y molones. Pasareis tantas tardes de diversión... Y por supuesto tendreis la oportunidad de mediros al más astuto, galán y perfeccionista constructor, al servicio de su majestad el rey Felipe, a este lado del río Miño.


domingo, 20 de enero de 2013

La realidad de los cuentos sonoros

Ayer asistí a una realidad en directo. La que sale de la guitarra de Daniel Minimalia. Una realidad clara, soleada, brillante, aterciopelada a veces, eléctrica otras, pausada y con ritmo, física y química, pero sobre todo, sonora.


 


Los cuentos sonoros, es el último trabajo del compositor, músico y artista Daniel Minimalia. Talento a raudales fue lo que derrochó este Ourensano de pro en el Teatro Principal de la ciudad de Las Burgas. Talento que se deslizaba arriba y abajo por ese mastil de madera que se perdía en la infinitud de un océano de color y delicadas olas como notas de música. Eran olas. Lo sé porque tumbado en aquella playa que tan clara nos mostró anoche, esas cálidas y espumosas, saladas y atlánticas olas, me hacían cosquillas en los pies y traían hasta mi cara una fina brisa de Chill Out y sal. Por veces elécticas galernas de New Age y Rock.

Tan ducho a la eléctrica como me resultó a la acústica. Las dos niñas sonaban fenomenal en tan buenas manos. Y la banda lo arropaba magníficamente. Un gran concierto. Un gran disco.

Reposado en mi cómoda butaca no digo ya que soñé. Viajé a los páramos lejanos, vi el AKAINIK acostado en aquel cielo patagónico, pasé al lado del Pórtico del Paraíso y me tomé unas copas en la calle Lepanto, la sonata de (para) un día cualquiera, de un cualquier día, de ese día en que todos disfrutamos de un MINIMALIA en estado de gracia, de un Dani en estado puro.

MI NI MA LIA 


miércoles, 16 de enero de 2013

Hola Pinky! Permíteme contarte (los años oscuros del Capitán Torrezno)




Retomamos esta semana en OPirandárgallo una serie grande, grandísima del comic patrio. Lo más cañí y bizarra de la historieta nacional: Las aventuras del capitán Torrezno.





Os traigo hoy una hermosa reseña del sexto título de la serie, titulado: Los años oscuros.

¿Y por qué? Pues porque se trata de una obra de arte, una obra maestra, además de ser la piedra angular sobre la que descansan muchas, muchas estructuras de tan premiada serie (premio nacional del comic). Y es que se trata de una investigación profunda, delicada, apasionada, de todo el universo torrezno, desde Aluche hasta Legazpi, girando en torno, siempre del centro del Universo, que rota sobre sí mismo y que es, sin duda, para Santiago Valenzuela, su creador, el aunténtico Punto Quieto, ese desde el que cuelga irremediablemente el pendulo de Focault, mediante la prolongación de su cuerda, atada simbólicamente en lo alto de la cúpula de St. Martin des Champs en París. Que gira, sí, en torno al madrileño, Bar Denver!

Ya hablamos aquí en otra ocasion de Las Aventuras del Capitán Torrezno, y os recomiendo que no sigais leyendo, sino conoceis aquella famosa entrada (sed buenos y hacedme caso) para que la experiencia sea completa.


Es un comic muy especial. Muy bizarro, chico. Cuesta penetrar en los muros del mundo cúbico, de la gnosis y el logos, pero os puedo asegurar, que una vez, siendo un preclaro iniciado, disfrutareis y de ahí pa´rriba!

En este sexto volumen tenemos a Julián Zurraspa que en original e inspiradora conversación nos cuenta como conoción al Capitán Torrezno y a Nestor (Nestor Tilla, o Nestor Rija), en aquellos años (oscuros para los seguidores de la serie que siempre han admirado al capitán en plenitud de poderes), sus aventuras variopintas. Y por supuesto hablan de ese dios del ático, padre creador, y pelmazo de barra de bar que es Don Sinfo, un personaje la mar de curioso y extraño. Sinforoso Lafuente natural de Puebla de Sanabria, que todos conocen como dios.

Resumiendo muy burdamente, tremenda historia nos cuenta las aventuras de un borrachín de Madrid en un mundo muy muy extraño abigarrado, fantástico y tan real como lo permite su creador, su hacedor summun, su demiurgo, aquel llamado Jose Hilario, funcionario del ministerio de Obras Públicas, ya jubilado. 

 

Y que aventuras, increíbles y maravillosas. Una característica que llama mucho la atención es la cantidad de guiños que hace el autor a numerosos elementos cuturales, desde la historia clásica, a la cultura pop, pasando por la literatura decimonónica, el cine, la música y las artes.

Pero sigamos y no nos desviemos de nuestro relato. Decía, que el Bar Denver, es principio y fin de la generación torrezna. Así se describe, así se compara, en este sexto volumen, como entre el Tigris y el Eúfrates, esa antiguo y arraigado mundo de reinos, de reyes y reyezuelos, de bufones. Donde antaño surgieron las más famosas ciudades estado de la humanidad. Babilonia, Ur de los Caldeos, Nínive, etc. El creciente fértil, señores, el creciente fértil.

Pueblos y tribus variadas, ya para la historia, se nos relatan en tan mayúscula epifanía. El Bar Sidi, el Camacho, el Palentino, La Farmacia de Guardia, el Bar García, el Moreno, el Chigre II, el Bar Orense, el meson O'Xugo, el Rey del Mus,...

Y después están los motes, porque aquella panda de desheredados del bajo Madrid, que nos relata el autor, en un mundo paralelo, en una historia del madrid de los 90, de bares, bebida y mucho anís AZO; pues eran los auténticos Juan Bautista de la nación torrezna. Bautizaban a todo quisqui con los más variopintos motes, manda huevos!

Así tenemos a, El Bibliófilo, infeliz-feliz, (aka feliz-infeliz), el Pseudo Pequeño Ruiseñor, Vicent Gunther, María La Portuguesa (y su perra Minerva, aka Nerva), Katiusha, El polaco, La beoda, La destripaterrones, Los gemelos que golpean dos veces, El Fary, Micolor, Celso García (alias Paracelso), The Cult (alias Cuqui, aka El Can intelectual), y bufff... un sin fín de nombres, un santoral completo, que muchos recuerdos me trae a mi época de universitario allá en la Cascarilla (que tiempos más felices!)

Y para muestra un botón, relatado de puño y letra de Don Santiago Valenzuela, nos dice:

"Dejamos para el final a un personaje en el que se funden realidad y ficción con tal arte que casi escapa a las consideraciones de este trabajo. Sobre su mote se ha insinuado que debe ser falso, el añadido tardío de un interpolador sin inventiva. Personalmente creemos que si algo demuestra esto es precisamete su veracidad. Porque se trataba de un verdadero mote de Torreznos, impredecible, inconjeturable. El tipo en cuestión atravesó el menudo umbral del Bar García allegándose a la no menos estrecha barra. En su porte de caudillo tribal torrezno, refire la crónica, se mezclaba la corpulencia desmedida y la epidermis agrietada del sherif Lobo con el barroquiemso capilar recién aceitado de Eraserhead. Un pieza, en fin, un auténtico Jaque del aterne impremeditado. Saludó a la concurrencia con un vozarrón de doblaje de malo de Hollywood en la setentena y con problemas de bronquios. Y entonces se produjo el milagro. El camarero le devolvió el saludo, llamándolo por su nombre de guerrra, su mote , sin provocar la más mínima sonrisa ni bufido de chufla entre la concurrencia:
 "Hola Pinky."

viernes, 11 de enero de 2013

Desde Adén y Harar escribe un poeta...

El epistolario de Arthur Rimbaud desde Adén y Harar es inquietante, por veces impredecible, fuente de un montón de preguntas sobre tan enigmática figura.

Sus últimos días, sus últimos 11 años de vida (1880-1891), condensados en un espistolario sorprendente, que nos trae de la mano la colección CENTELLAS en un precioso y delicado formato de libro (ya no digo de bolsillo sino) como si una caja de ensencias, pequeño frasco de los aromas, se tratara.





Precioso volumen de 160 páginas, con fotografías (incluso dibujos) en consonancia con el relato, algunas del propio Rimbaud. De las zonas en las que vivió el poeta a lo largo de su periplo.

Cartas de Adén y Harar son las cartas que escribe el Rimbaud aventurero, a su madre y su hermana desde el famoso puerto colonial Británico o desde la altiplanicie de Abisinia. De como les cuenta sus intentos por florecer en tierra hostil, en África y Arabia, de como piensa hacer fortuna y de la desdicha que le persigue allá donde va, hasta sus últimos días, hasta sus últimas consecuencias. Desdicha que se empeña en alimentar, aunque siempre con un punto de optimismo, el dichoso contrampunto tan extraño.

Se trata de una situación un poco kafkiana, por ese quiero y no puedo, por ese absurdo que rodea todo. Me explico. Ese contrapunto optimista, velero que surca la mar embrabecida, que sólo se sostiene a veces por la mesana y el mayor a punto de partir, es cuando menos, extraño. ¿Poético? no cabe duda; ¿loco?, quizás, no andando muy desacertado. Contrapunto que le lleva a maldecir toda su desdicha en aquellos parajes y que a su vez lo ata en corto, muy muy en corto, a su situación, resistiéndose a abandonarla, resistiéndose contra viento y marea, como los últimos de Little Big Horn.

No todo es penoso. Esta claro que a Rimbaud le gusta Abysinia. Aunque no lo exprese abiertamente. Le gusta y mucho. Mucho más desde luego que ese infierno que relata como un crater de arena, yermo y horroroso, privado de los vientos, que es Adén.

En Abysinia el aire es puro, la vegetación exuberante, la forma de vida muy europea y la población es de mayoría Cristiana. La altitud le gusta y le sienta bien, y además el clima no es tan extremo como a las puertas del Mar Rojo. 

En África está contento. Sí, se queja de su trabajo y de su desdicha pero en el fondo se le nota acomodado a la situación. Quiere conocer los confines del áfrica negra, traficar armas con lejanos reinos, asentarse en aquellas hermosas tierras. Vivir una aventura, la aventura de su vida, y la vida reducida a la aventura ¿Es que acaso es algo más? 





Curiosa descripción de Abisinia, sus pueblos, sus gentes. "Créense descendientes de Cam" que curioso, uno de los hijos de Noé. Según el Genésis (R. Crumb) se dice que Cam se burló de Noé por darse al vino y encontrándolo desnudo dentro de su tienda fue a avisar a sus hermanos que lo taparon con una manta sin mirar para su desnudez. Fue maldecido después por Noé que socorrido por sus otros dos hijos (Sem y Jaffet), acabaría diciendo que Canán, el hijo de Cam sería siervo de los otros dos y por tanto sus descendientes. Que curiosos los abisinios. Extrañas costumbres aquellas de África, misteriosos y éxoticos pueblos, donde mora, con su imperturbable sonido rítmico, la llamada de la tierra, que tan bien relató M.Manara en su delicioso H.P. y Giusseppe Bergman y sus aventuras africanas. ¿Podría ser Rimbaud un alter ego de G. Bergman? Un héroe por y para la aventura.



Para esta clase de héroes, la forma no existe, es sólo un pretexto. La lírica se impone a cualquier forma, y llena todo el horizonte, todos los años de vida. Y es que la vida, a veces, imita al arte.





Y después está esa dichosa manía que tiene de preguntar una y otra vez por el servicio militar y su situación respecto a él. Desde luego se trata de un tema que le atormenta, y no dude que soñó más de una noche con ello. Bajo los calores del trópico en Adén o al frío de las noches de invierno de Abisinia, hayá por donde estuvo, ese pensamiento y esa incertidumbre lo persiguieron. En cierto modo, es natural. ¿Cómo hacerse un hombre de fortuna, volver a su país natal, ser un reputado mercader colonial, y que alguien descubra que ha sido ausente del servicio militar? La mentalidad europea le asusta, odia la burocracia, se le nota pasión por toda libertad de aquellas tierras. Esta claro que, aunque no todo vaya como quiere, la esencia y el esperítu se mantienen frescos ante tan bellos y anchos parajes.

Al fin y al cabo es una lectura tan recomendable...

Las preguntas se agolpan en mi cabeza tras cada firma, tras cada epístola. ¿Cómo puede semejante poeta, semejante genio natural de las letras, abandonar la seguridad y comodidad de su país para emprender una aventura en tan lejanos parajes, con la idea concebida de hacer fortuna, de alcanzar esa vida burguesa, casado con hijos y fortuna, que un día abandonó para hacerse a la aventura?¿Porqué no abandona esa carcel de arena y horizontes llanos en cuanto nota las primeras dificultades para prosperar?¿Acaso pudiera haber disposición alguna, enajenación transitoria, que once años dure?

Y entonces me digo: ¿No es acaso que el poeta necesita de inspiaración?¿No es acaso, que se sabe de sobra que el estado original de cualquier verso se contruye si los pilares de la creatividad están sobre los cimientos de las penalidades, del sufrimiento, del hambre o del dolor del alma? ¿No son el desierto, las largas noches de arena y la soledad, el mejor escenario que la lírica pueda dar?

Puede, entonces, creo yo, que Rimbaud traspasara la frontera de lo impreso y consiguiera alcanzar la poesía pura, extrapolando al caso, lo dicho por Figueira Valverde sobre Xan da Coba: "inventa véritablement la poésie pure, l'image euphonique... Des mots qui n'ont sens et qui sont les fruits de son imagination musicale possédent lorsqu'on les prononce á l'espagnole une étonnante puissance évocatrice..." dejando atrás la pluma y el papel como así lo hizo-añado yo-viviendo el lirismo del drama de una vida de aventuras plagada. Viviendo así en un contínuo sueño (tornado en pesadilla a veces en deseo otras) y siempre abrazado (o quizás atado) a esos lejanos meridianos tan al Este de París.


Rimbaud en Harar.

domingo, 6 de enero de 2013

Una más por favor! UNA MÁS

Una más, One more time, que traducido se diría una vez más, es un sobresaliente disco de jazz donde Blue Note vuelve a reunir a Kenny Dorham y su pandilla para alegrarnos el día. La Bossa que está presente en todo el disco, es la corriente dominante de este fantástico vinilo, con el que uno no puede por más que quitarse el sombrero.





Kenny vuelve por sus fueros y acompañado de su inseparable Joe Henderson (recordemos que ya compusieron el jazz standard Blue Bossa) nos llevan de la mano del Bop hasta el mismo centro de Sao Paulo, y de allí a la playa de Santos, y quien sabe, si como Pelé, a probar el agua del mar para corroborar que esta é salgada.

El elenco lo componen:


Kenny Dorham-trompeta
Joe Henderson-saxo tenor
Herbie Hancock-piano
Butch Warren-bajo
Anthony Williams-percusión.

UNA MÁS el tema central, que llena esplédidamente los quince minutos de la cara A, es una maravilla que te mete el ritmo en el cuerpo para no querer salir más. Como bien dice Kenny aquí el "the groove" (ese swing que conforman en sociedad la percusión, el bajo y el piano) es espectacular, y claro, nos dice que cuando se alcanza ese relaxing a groove, ya no se puede parar. Tre-men-do, nenos! Tre-men-do.



Relaxing a groove, feeling y From the Bossa Nova to de Blues. 

Sí eso lo explica todo. Kenny, me subyugas, me atrapas en tus redes, y ya no puedo parar de mover mi cabeza de un lado a otro, mi cuerpo se contonea, parezco una negra de nueva orleans (ya quisiera moverme como/con ella), me posee el ansia, joooder, y ya no puedes parar.




Tanto es así, que el punto ecléctico de la composición, el punto cool, el punto gordo, digámoslo ya, es cuando Kenny al final de trece minutazos de bop en estado puro, de pura mezcla de bossa y blues, dice: UNA MÁS, y la rítmica, el groove, el swing, la bossa, las notas doradas y la madre que lo parió, vuelven a la carga, vuelven a empezar, y es entonces cuando el goce puro, quizás el summun momentum, a veces el umbículus mundi, confluyen en tiempo y espacio. Ese estado natural es uno de los lugares comunes.

Hay que oírlo (pues las palabras se quedan cortas)

La cara B nos deleita con dos temas más:

STRAIGH AHEAD imaginación, frescura, improvisación, del bueno de Joe Henderson, todos están genial, incluído Tony Williams con su solo de batería. Kenny dice "Listen to that kid", añadiendo que este tremendo baterista toca sus solos siempre de forma distinta pero manteniendo increiblemente el ritmo. Y el piano de Hancock tampoco esta nada mal. Un tema muy alegre.

SAO PAULO fruto y resultado del viaje que hizo Kenny a la famosa y bella ciudad de Brasil. "The tune" como la llama, mitad Bossa, mitad una mezcla de algo más, puedes llamarlo Swing, chaval! Así de simple, así de sencillo, así de genial.




Recomendadísimo, por lo tanto este discazo, para las tardes, para las mañanas, para todas horas, y a todas horas, Kenny, por favor, UNA MÁS!